La ciudad es el espacio urbanizado que congrega mayor densidad de población, industria, comercio y servicios. El ritmo de vida y el diseño actual de las ciudades no es sostenible. Hay que liderar una renovación, pero ¿cómo podemos reformular las urbes del siglo XXI para una modernización en todos los sentidos?
Los problemas medioambientales y sociales se acentúan, como la superpoblación, las crisis sanitarias y las climáticas. Para atajarlos, necesitamos acciones concretas que hagan repensar estos territorios.
La vida en 15 minutos
Las altas emisiones de CO2 que provocan los desplazamientos e industrias, la segregación socioeconómica, la contaminación o el estrés urbano, impactan negativamente en nuestras vidas, en detrimento de la calidad de vida.
Como reacción a esta tendencia, nació el concepto “Ciudad de 15 minutos”. El término lo popularizó Anne Hidalgo, alcaldesa de París, al poner en marcha en la ciudad este modelo de urbanismo medioambiental. Para ello, ha rediseñado los barrios, fortalecido la red de servicios públicos, ampliando la oferta cultural y facilitando la movilidad sostenible.
Este concepto de crono-urbanismo aboga por crear núcleos autosuficientes, modernos, que busquen el impacto medioambiental y el equilibrio social. Sin recorrer más de 15 minutos de distancia, en esta ciudad se puede vivir, trabajar, educarse, abastecerse, cuidarse y descansar.
Volver a lo local, lo verde y lo común
Para mirar hacia delante, hay que volver al origen. La pandemia ha provocado un alejamiento e incluso un miedo al contacto humano. Esto ha acentuado las desigualdades, problemas como la soledad o las comunidades cerradas.
Recuperar esa vivacidad es una de las claves para co-crear ciudades resilientes, seguras, verdes e inclusivas. Garantizar el bienestar, la vivienda digna y los espacios comunes de trabajo, que permite un desarrollo urbano y vital sostenible. En la ciudad también se puede vivir y trabajar sin estrés.
Una ciudad cercana y sostenible
Los sistemas de transporte provocan una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. En la ciudad de Madrid, invertimos más de una hora al día en desplazamientos y las personas tardan más de 45 minutos desde casa al trabajo.
En la Ciudad de 15 minutos se incentiva el uso de bicicleta y la movilidad a pie como medio de transporte. La peatonalización del centro urbano y la apertura de kilómetros de carriles bici es fundamental para hacerlo posible. También se aboga por reducir drásticamente el volumen de desplazamientos en vehículo privado. El impacto de frenar toda esa movilidad sería muy sustancial en términos medioambientales, dejándose de emitir toneladas de CO2 a la atmósfera diariamente.
La arquitectura tiene un papel clave en el diseño de los espacios y el uso de materiales como la madera. También la recuperación de riberas de río (como la del Manzanares) con impacto en la biodiversidad.
El Foro NESI ha impulsado este cambio en España con la “Declaración Ciudades de 15 minutos y territorios de 45 minutos”. Desde TRIPLE apoyamos esta iniciativa que aboga por crear entornos cercanos, inclusivos y conectados. La colaboración es clave para volver a poner en el centro a las personas, la sostenibilidad y los lugares comunes.