Hablamos mucho del Triple Balance y de cómo queremos mejorar el mundo a través del poder de la empresa, promoviendo las sinergias entre aquellas corporaciones preocupadas por el impacto de su actividad. Sin embargo, la crisis climática está llegando a un punto de no retorno. Un punto en el que ya no sirve con ser sostenibles y con no generar impacto. Ahora, debemos ser capaces de regenerar.
Es el momento de rectificar el daño que nuestro sistema económico ha causado al planeta durante generaciones. Esto implica rediseñar los negocios, la economía, la tecnología y, en general, toda nuestra cultura, para que sean regenerativos en lugar de destructivos.
Por definición, la regeneración es un proceso natural de recuperación. Si se puede recuperar un órgano dañado o un tejido… ¿no podemos hacer lo mismo con el planeta?
Diseñar y cocrear Culturas Regenerativas a través de las empresas
Cuando hablamos de culturas regenerativas, hablamos de un proceso de co-creación. En el caso de las empresas, hablamos de re-rediseñar de forma colaborativa un nuevo sistema de economía inspirado en la naturaleza.
¿Por qué en la naturaleza?
A lo largo de la vida y la historia nos hemos enfrentado a multitud de retos, como personas y como sociedades. Y lo hacemos a través de impulsos regenerativos y transformadores, causantes de la evolución.
Trabajamos de forma regenerativa cuando participamos en un proceso de autoexamen continuo para reconocer y erradicar las prácticas autodestructivas que nos impiden alcanzar el máximo potencial. Es una respuesta natural ante las crisis convergentes que confrontamos.
Ahora nos enfrentamos a retos enormes y a un futuro incierto. Este impulso nos está empujando a volver al origen. Aprender a gestionar cada casa, cada localidad, cada país para crear abundancia compartida. Cada persona desde su cultura pero con ese objetivo común: mejorar la vida.
Descentralizar y pasar de lo individual a lo colectivo.
Podemos extrapolar este proceso a la economía. Descentralizar el sistema económico basado en el crecimiento exponencial, que es responsable del daño causado al planeta, y volver a lo local y a lo regional. Queremos co-crear abundancia compartida en lugar de escasez competitiva, para responder al cambio climático de manera sistémica.
Son muchas las empresas de éxito que abanderan estos principios regenerativos. Organizaciones que se alejan de la voraz economía extractiva y dirigen sus esfuerzos a la restitución de los recursos naturales y sociales.
Un nuevo ecosistema de empresas comprometidas y colaborativas que re-localicen y re-regionalicen la producción.
Se habla de culturas (en plural), porque cada comunidad, en cada contexto ecológico y cultural, se manifestará de distinta manera, emergiendo el potencial inherente de cada sitio. Y será de forma colaborativa como podremos crear un futuro próspero para toda la humanidad.